Cómo decir que no sin sentirte culpable

en Ejecutivos/Kolokio por

Ocurre con frecuencia. Aceptamos propuestas para hacer cosas que en realidad no podemos o no queremos hacer por miedo a decepcionar a otra persona o a quedar como alguien que no se preocupa por los demás. Cantidad de veces hemos aceptado tareas que no nos corresponden y, sobre todo, que nos sobrecargan de trabajo y generan situaciones de estrés y de malestar.

 

Decir que no puede ser una tarea difícil, pero nos libra de quebraderos de cabeza y nos ayuda a controlar nuestra vida y nuestro trabajo. Aquí ofrecemos una serie de consejos que os ayudarán a manteneros firmes en vuestras negativas ¡y a no sentiros culpables por ello!

Lo primero, es fundamental ser consciente de nuestros límites. Llegamos hasta donde podemos llegar y, a partir de ahí, no podemos asumir responsabilidades que no nos corresponden. Cuando alguien nos pide que realicemos un trabajo que no está entre nuestras tareas, lo primero que tenemos que analizar es si somos capaces de hacerlo bien y si tenemos tiempo para ello. En caso de no tener mucha carga de trabajo y si es algo que nos apetece afrontar, podemos aceptar el reto. Pero si ya estamos cargados, decir que no nos quitará un gran peso de encima.

Además, ese no ha de ser claro y firme. No vale dejar la puerta entreabierta o dudar en la respuesta, porque entonces nuestro interlocutor presionará hasta hacernos cambiar de opinión. Pero ojo, ser firme no significa ser agresivo. Escucha la propuesta y ofrece tu contestación de manera clara, aunque poniéndote en el lugar de la otra persona y mostrando empatía.

Algo que puede ayudarnos mucho a la hora de decir que no es presentar una alternativa. Puede que no queramos responsabilizarnos de una tarea, pero podemos echar una mano. Ofrece un trabajo que hayas hecho antes y pueda servir como modelo para tu interlocutor, una fuente fiable para obtener información o contactos que puedan ser de utilidad.

Antes de terminar, y aunque no esté directamente relacionado con decir que no a determinadas propuestas, queremos hacer hincapié en la importancia de aprender a delegar. A veces no somos capaces de negarnos y nos cargamos de trabajo porque no queremos perder el control de nada. Delegar significa ser capaces de dejar tareas en manos de otras personas, confiando en ellas y sin sentir la necesidad de supervisarlo absolutamente todo. Es fundamental cuando se forma parte de un equipo y nos ayuda a que la carga de trabajo esté equilibrada. Además, fomenta la confianza en sí mismos de los demás trabajadores y ayuda a que se sientan valorados.