Bruselas promueve la economía colaborativa

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consumo colaborativo effishoppingLa economía colaborativa se define como una interacción entre dos o más sujetos, a través de medios digitalizados o no, que satisface una necesidad real o potencial de una o dos personas. En este entorno, los usuarios seleccionan el rol que quieren desempeñar en cada momento (o varios simultáneamente) e interactúan entre ellos con la misma plataforma.

Esta definición sobre economía colaborativa proviene de Wikipedia. La hemos traído a colación porque explica de manera muy didáctica cómo funciona este sistema de intercambio, en el que centramos este artículo. La economía colaborativa es, en suma, un sistema abierto y dinámico. Normalmente, se valida a través de un sistema de evaluación de los usuarios. Mediante el mismo, los usuarios adquieren una reputación y con ella la confianza necesaria para seguir desarrollando la actividad que deseen.

Cuanto mayor sea el número de usuarios, que exista en la plataforma digital, más valor tendrá la misma y los usuarios tendrán más posibilidades de elección y/o desarrollo, serán mejor evaluados, y la confianza estará más contrastada. En Kolokio nos interesa mucho este consumo colaborativo porque supone un cambio cultural y económico en los hábitos de consumo. En poco tiempo hemos pasado (estamos pasando) de un consumo individualizado hacia nuevos modelos potenciados por los medios sociales y las plataformas del tipo peer to peer (red entre los iguales).

Conscientes de la pujanza de este modelo económico, en Brsuelas (donde reside el gobierno de la Unión Europea) han pedido a los gobiernos nacionales que dejen de restringir esta economía colaborativa, que ha producido fenómenos como Uber (una empresa que proporciona al usuario de móvil una red de transporte; no en vano esta empresa recoge su nombre en una palabra inglesa que significa lo mejor, lo último o lo más) o la red de alojamientos Airbnb.

A continuación, extractamos algunas de las consideraciones y recomendaciones más interesantes que ha establecido la Unión Europea a propósito de este modelo económico:

Las plataformas colaborativas “ofrecen posibilidades y no constituyen una amenaza”; Elzbieta Bienkowska la comisaria de Mercado Interior.

Bruselas concluye que no se deberían exigir licencias para operar a plataformas que “solo actúan como intermediarias entre consumidores y quienes ofrecen el servicio”,

Para fijar normas claras, la Comisión invita a establecer umbrales de ingresos a partir de los cuales la actividad pueda considerarse más cercana a lo empresarial y, por tanto, sujeta a obligaciones. Más allá de esos criterios generales, el texto es poco preciso en lo que puede o no puede hacer cada país. Considera que la actividad colaborativa debe abonar impuestos (de la renta, de sociedades y de IVA) y anima a los Estados a simplificar las normas para que los participantes en este sector puedan cumplir.

La Comisión considera la economía colaborativa como una fuente potencial de crecimiento y empleo en Europa. Expresado en cifras, el sector generó 28.000 millones de euros en 2015, con crecimientos de dos dígitos respecto al año anterior. Bruselas estima que más de un 5% de la población comunitaria ya provee servicios colaborativos.

Fuente de contenido: elpais.com
Fuente de imagen: theyumers.com