Kolokio explica cómo el Plan Estratégico funciona como hoja de ruta de desarrollo de una organización

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Foto de portada: Valérie Guillotte, Socia Directora de Kolokio

La Fundación Pons ha sido el elegante marco en el que Kolokio ha desarrollado un instructivo desayuno de trabajo. Este evento se ha centrado en explicar (y profundizar) la manera en la que un plan estratégico contribuye al desarrollo de una asociación profesional y empresarial. En este artículo condensamos las líneas maestras del desayuno.

El evento fue presentado y conducido por Milagros Mostaza, Socia Directora de Kolokio. El evento se enmarcó en la temática ‘Estrategia, la clave de éxito de cualquier organización’. En primer lugar, Milagros dio paso a María Jesús Magro, Directora General de la Fundación Pons, que explicó las claves de trabajo de la fundación.

A renglón seguido, Mostaza explicó que Kolokio es una consultora especializada en la profesionalización y modernización del mundo asociativo. No en vano, en Kolokio se trabaja con las asociaciones y los ejecutivos de asociaciones. Y se hace desde un arco integral de ámbitos: comunicación, marketing, comercial, exportación, estrategia, planificación de eventos, formación, herramientas tecnológicas de gestión, asesorías y auditoría. Asimismo, desarrolla sesiones de coaching, que ayudan a crecer profesionalmente a sus destinatarios. Nuestra empresa también ofrece un amplio panel de conferencias y desarrolla diferentes planes estratégicos.

Sobre esos planes versó la intervención de Valérie Guillotte, Socia Directora de Kolokio. Valérie puso en valor el marasmo de cambios en los que ahora mismo estamos inmersos. “El caso es que vivimos en una época de creatividad e innovación exponencial, sin parangón en la historia de la humanidad. Sin embargo, cada vez se genera menos riqueza y se reparte peor”. A ese respecto, también apuntó la reflexión de Eric Schmidt, presidente del Directorio de Google, quien explicó que “todo el conocimiento generado desde el inicio de la civilización hasta el 2003 representa 6 exabytes de datos. Ese mismo volumen de información lo generamos hoy cada días”.

En este escenario, “el reto del mundo asociativo es adaptarse a los nuevos valores que priman (cambiantes y centrados en la novedad y la personalización) así como en la digitalización. La tendencia es a primar el trabajo y vincularlo con las relaciones humanas. Es importante pues poner en valor la relación humana y combinarla con digitalización”. La realidad es que “estamos en una sociedad que vive por encima de sus capacidades psicológicas”, como dice el psicólogo francés Pierre Legendre.

Y “para gestionar esa ansiedad necesitamos una hoja de ruta vital y organizativa llamada plan estratégico. Actualmente, estamos en un entorno donde los socios son más dispersos y exigentes, consecuencia de una sociedad esencialmente infiel como la que vivimos. En este entorno, el nuevo socio querrá gastar sólo lo que le aporte valor”.

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Panorámica de los asistentes al Desayuno de

Trabajo de Kolokio del 12 de abril

En este escenario es fundamental tomar la iniciativa. Como decía el poeta y filósofo Séneca, las cosas son difíciles porque no nos atrevemos. Al mismo tiempo, necesitamos parar y pensar. Precisamos de una estrategia de vida.

Lo contrario, es dejarse llevar y no dirigirse hacia donde uno quiere ir. Con estas coordenadas, el plan estratégico funciona como hoja de ruta y nos permite evitar el fracaso. El plan cobra más importancia, además, si consideramos que “en España tenemos el lastre de la falta de visión estratégico y la carencia de trabajo en equipo”.

También es importante realizar el análisis interno y externo del entorno con las 5 fuerzas de Potter para poder extraer una radiografía exacta sobre la situación del sector.

Por este motivo, en Kolokio procuramos elaborar planes estratégicos muy participativos, en los que “trabajamos para que se involucre todo el equipo humano de la organización con la que colaboramos”. Para concretarlo, entrevistamos a todos los miembros de la organización. De esta manera, la gente de la asociación se siente más involucrada y es más eficaz en su desempeño diario. Un plan, resumiendo, es un creo que, un para que, un para quien, un por que, un como y un  que…Por este motivo, es importante realizar un estudio sectorial y contar también casos de éxito de otras organizaciones.

También es importante tener presente que un plan estratégico incluye diferentes fases. Una de las más importantes de la misma es la encuesta de la asociación, que incluye la valoración global de la misma, así como la cuota, el personal, la comunicación, la junta directiva y la visión. Con esta encuesta se analizan variables como valor y calidad, al tiempo que se averigua si la organización es de construcción sólida o si hay que cambiar recursos en su desarrollo.

Entre las herramientas que se emplean en la asociación, el análisis juega un papel central. Por este motivo, es crucial que definamos con claridad cuál es la misión y la visión de la organización en el plan estratégico que confeccionamos para ella.

La misión es la razón de ser, el por qué. Pongamos un ejemplo para entender mejor esta variable. La misión de Apple es facilitar la información, no hacer el ordenador…Mientras que la visión es el para qué: lo que queremos ser y aún no somos. Nuestro objetivo debe centrarse en hacer partícipes de ese para qué a nuestro equipo. En el mismo, también juegan un papel esencial los valores.

Así mismo, tenemos que definir las líneas estratégicas y hacerlas medibles mediante la correcta modulación de un plan de acción. Los objetivos, en definitiva, tienen que ser smart (del inglés, inteligente; un acrónimo que condensa estas variables que los objetivos deben cubrir: específico, medible, alcanzable, orientado a los resultados y con una fecha límite de ejecución).

En síntesis: “debemos hacer cosas pequeñas mientras pensamos en grandes”. También resulta fundamental tener presente que cada plan estratégico se resume en un mapa de desarrollo que se concreta en dinero, organigrama y plan de seguimiento. Un plan de acción tiene que definir claramente los índices que permiten medir “el alcance de ejecución y los requerimientos del plan”.

Sea como fuere, Napoleón Bonaparte, el militar y gobernante francés, condensó la esencia de lo que significa un plan estratégico: “tómese el tiempo para deliberar, pero cuando llegue el momento de la acción, deje de pensar y actúe”.