Los coches voladores: una realidad que empezará a ser tangible a 10 años vista

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Algunos sueños de la humanidad comienzan a cumplirse, con todas las ventajas que esto puede traer a nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, la idea del vehículo volador, tan antigua como el sueño del vuelo propulsado. John Brown, gerente de proyecto de Carplane, una empresa con sede en Múnich que está trabajando en el desarrollo de prototipos de coches voladores, cuenta que uno de los objetos que atesora es una imagen de 1885 que muestra a una persona en una bicicleta conectada a un globo.

En poco más de cien años esa idea ha ganado en sofisticación, potencia y realidad. Tanto es así que los creadores de vehículos aéreos creen que estos se verán con normalidad dentro de una década. La regulación del uso y la circulación de los mismos es el principal escollo al que debe enfrentarse el desarrollo de esta incipiente industria.

En ese sentido, resultan muy reveladoras las declaraciones al Diario El País de Heinrich Bülthoff, investigador del Instituto Max Planck de Cibernética Biológica (Alemania) y fundador del proyecto My Copter. “Tenemos la tecnología necesaria desarrollada para hacer realidad los coches voladores. Ahora, lo más importante es conseguir una regulación y la aceptación del público”.

Gracias al cine, desde el DeLorean del profesor Doc, los coches voladores se han convertido en la gran idea de futuro de toda una generación. Y eso que el vehículo de Regreso al futuro no era de alta tecnología. En ese sentido, el objetivo de los creadores está puesto en coches autónomos volando por las avenidas, entre los edificios, sin atascos ni contaminación ni accidentes. «Vamos a cambiar el sistema de transporte. El suelo está saturado y en el aire tenemos mucho más espacio, suficiente para todos», describe Alexander Zore, investigador de E-Volo y uno de los directores del proyecto Volocopter.

Los diseñadores de esto coches voladores han tenido que lidiar con exigencias a menudo conflictivas. El ancho de los automóviles, por ejemplo, está limitado por las regulaciones y por la necesidad de caber en los garajes, pero los aviones necesitan largas alas. La forma en que el peso se distribuye estructuralmente en los vehículos también se diferencia de la forma en que lo hace en los aviones.

Estas diferencias han hecho que algunos prototipos se vean como coches que vuelan y que otros parezcan más aviones que pueden conducirse por una carretera. Si bien los enfoques de diseño son diferentes, los objetivos siguen siendo los mismos: construir vehículos que puedan operar de forma segura, tanto en la tierra como en el cielo.

En ese sentido, los reguladores europeos han dicho que quieren dar a los ingenieros suficiente libertad como para imaginar diferentes diseños de coche volador. Por ejemplo, la comisionada de transporte de la Unión Europea, Violeta Bulc, dice que ha pedido a su personal que vaya pensando en el concepto de «un espacio urbano de aviación» que podría dar cabida a nuevas ideas, tales como aeronaves no tripuladas y aviones urbanos.

Y es que la premonición de 1940 del gran creador del automóvil, Henry Ford, está cada vez más cerca de cumplirse. “Recordad lo que digo: una combinación de avión y coche está de camino. Podréis reíros ahora, pero llegará”.

Algunos de estos coches voladores no tiene forma exacta de coche, se consideran así porque será posible aparcarlos y despegar con ellos desde tu propio jardín. Es decir, estos vehículos aéreos personales no necesitan de pista de lanzamiento ni aterrizaje porque cuenta con la tecnología que les permite despegar en vertical. Este sistema es reconocido por los investigadores como uno de los más difíciles de conseguir y también uno de los más costosos. Pero, muy ventajoso.

Tanto que el proyecto de MyCopter ha recibido 4,4 millones de euros de fondos públicos de la Unión Europea para contribuir al desarrollo de un sistema de transporte diferente para Europa. «El objetivo es que nos movamos así en el futuro». Otro de los aspectos que los expertos creen que puede posibilitar la llegada de estos vehículos es lo fácil que será conducirlos, tanto como un coche.

El gran objetivo para convertir estos automóviles voladores en una realidad tangible será conseguir una regulación. En ese sentido, la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, podría decidir crear una nueva categoría de certificación que esté a mitad de camino entre las normas de aviación y las de seguridad vial, dice un funcionario de la UE. La Agencia Europea de Seguridad Aérea dice que ha tenido dos reuniones con partes interesadas en desarrollar aviones que pueden andar por carreteras.

Después de todas las cuestiones técnicas, surge la misma duda: ¿Está preparada la población para ver coches voladores? «No, creo que no. Admitimos que mucha gente expresará sorpresa y también negación. Necesitaremos un período de transición», considera Bülthoff. En cualquier caso, el camino está siendo trazado y tiene toda la pinta de resultar un hito en la evolución tecnológica y social de la humanidad. Habrá que estar muy atentos para seguir de cerca este apasionante proceso.

Fuente de contenido: expansion.com, el pais.com
Fuente de imagen: tecnyo.com